Cuando se quiere lograr una meta, en términos de construir, educar, o sembrar algo, en muchísimas ocasiones uno no se sabe cómo actuar. Generalmente se plantea de manera conjunta y simultánea el antecedente A y el consecuente C de la relación teórica o práctica de aquello que desea obtener, cuando, más bien, lo correcto sería especificar primero y cuidadosamente C, así como averiguar los recursos con que se cuenta o que requiere la situación, para solamente después de eso decidir con cuál o con cuáles factores A se tratará de lograr la meta deseada C. Tampoco en este empeño se presta mucha atención al grado de control que se pudiera tener sobre los factores que participarán en el logro de la meta u objetivo.

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