Todos los científicos dicen que una investigación comienza con un problema. Pero, ¿Qué es un problema? De acuerdo con el sociólogo Robert K. Merton el problema es una “significante e indeseada discrepancia entre los patrones de la colectividad y la situación actual”1. Es decir, puede ser tomada como que representa una desviación o brecha entre lo que está ocurriendo y lo que debería haber ocurrido. Es una situación incompatible con los valores de una persona o de un colectivo, por lo que se requiere una acción pronta y decidida para alterar esa situación (M) y conducirla al estado correcto o deseado (N). Entre esos problemas pueden estar un déficit presupuestario, la baja en la producción de una cierta mercadería, el aumento de los trámites burocráticos en los municipios, la escasez de médicos en los barrios periféricos, el uso dispendioso de los recursos naturales, los efectos catastróficos de los terremotos, de las epidemias, etc.

Asimismo, esta definición incluye nuestros deseos o expectativas en cuanto a la posibilidad de que esos hechos anormales o desviaciones puedan ocurrir de otra manera, es decir, puede muy bien reflejar la brecha entre lo que está sucediendo y lo que a nosotros nos gustaría que sucediese, porque juzgamos que así debería esa realidad. Por ello, para solucionar y resolver un problema, se debe tratar de observar la desviación entre lo que es la situación actual (del objeto de estudio) y lo que se esperaba que sea (modelo ideal o cambio buscado en el objeto), para luego proceder a identificar los factores que ocasionan tal desvío, para finalmente tomar acciones directas contra esos factores para anularlos completamente o disminuirlos en algún grado importante. Por consiguiente, el método científico en ciencias sociales convierte la brecha entre M y N en un problema, y procura por ende solucionarlo y resolverlo.

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